Si me traicionas de Kresley Cole:
Ethan MacCarrick era un joven atractivo, hasta que fue castigado por un crimen que no había cometido. Ethan se vengó del noble que ordenó su tortura arruinándolo y consiguiendo que tuviera que exiliarse junto con su familia. Pero ni siquiera así logró que su ira se apaciguara. Diez años más tarde, Madeleine van Rowen, una muchacha bella y misteriosa, lo hechiza con sus encantos, pero cuando Ethan descubre que se trata de la hija de su enemigo, no duda en utilizarla para vengarse.El análisis de hoy es, más bien, resumen, así que estáis avisados, y si no sois de spoilers, os aconsejo saltar hasta la conclusión del final:
Cuando la familia de Madeleine fue deshonrada, ella se prometió no volver a sufrir de esa manera. Nunca se había permitido ni un momento de debilidad, hasta que un escocés alto y con cicatrices en la cara comenzó a perseguirla sin descanso y abatió sus defensas.
La pasión entre ambos es mucho más fuerte que la furia de Ethan. Pero ¿será éste capaz de convencerla de que lo acepte y de que olvide que fue él quien destruyó su vida en el pasado?
Este es uno de esos libros de personajes torturados. Uno literalmente, Ethan, nuestro protagonista, al que, teniendo en cuenta que le iban a matar, eso fue una diversión que finalmente le salva la vida. La otra, su contraparte, por la vida, pero debido a lo sucedido al primero, aunque ninguno de los 2 se vean las caras hasta mucho después, y solo uno de ellos disponga de todos los datos... o casi todos.
Así, Ethan lleva 10 años de su vida provocando terror y horror en la gente cuando le miran a la cara, ya que tiene un lado desfigurado con una cicatriz que le atraviesa. Durante ese tiempo solo ha tenido contacto sexual con aquellas mujeres a las que ha pagado para fingir (no muy bien) que no les importa su cara, antes muy atractiva. De hecho, la cicatriz se la hicieron precisamente por eso: tras descubrirlo en la habitación de una mujer casada que, para cubrir su casi adulterio, le acusó de violarla. Salvó la vida porque, mientras le torturaba el criado que iba a matarlo, el marido descubrió en la ropa de Ethan una nota de su esposa citándolo, y aunque evitó que siguiera el castigo que él mismo había impuesto, el hombre sintiéndose profundamente culpable, consiguió que le mataran pocos meses después. Ethan, por su parte, no se sintió medianamente satisfecho hasta que arruinó a la viuda, que tuvo que huir del país con su hija pequeña perseguidas por los acreedores.
Y esa hija es Madeleine. Nunca ha sabido que sucedió esa noche (aunque tiene sus sospechas), pero está segura de que fue entonces cuando se derrumbó su mundo. El haberse tenido que buscar la vida en las calles de París, tras la muerte de su madre, es solo un detalle más. Pero esto es algo que nadie sabe en Londres, ya que ha conseguido mantener la apariencia de una vida rica con sus antiguos amigos, gracias a una dirección falsa donde recogen su correo. Pero ya no puede seguir así, necesita casarse y a ser posible no con el hombre que le espera en París. Así que pide un crédito y visita a sus mejores amigas, con la esperanza de que su hermano acepte casarse con ella. Desgraciadamente, él la rechaza, y ella decide encontrar un sustituto antes de irse o al menos elegir un amante para sentir una vez en la vida la verdadera pasión.
Es en la puerta de una fiesta de máscaras con estos amigos, en la peor zona de la ciudad, donde la ve por primera vez Ethan, y queda totalmente impactado por su belleza, así como por la contradicción que representa: parece inocente, pero al mismo tiempo no parece nada impresionada por alguno de los "espectáculos" con los que tropieza en la fiesta. Y ella, aunque está cubierto por una máscara, también queda impresionada por su presencia. Así que tras un breve tira y afloja, y una conversación sincera, donde Ethan se niega a casarse y Madeleine queda convencida ya de que ningún rico querrá casarse con ella, lo que iba a ser el último acto de libertad de ella, acaba convirtiéndose en la peor experiencia y un nuevo motivo de enfado para él.
En este momento se separan y Madeleine decide intentar rehacer su vida en París, mientras Ethan descubre quien es ella en realidad y cree que su madre la ha mandado para pillar a un rico y seguir dándose la gran vida, por lo que su actitud desde ese momento es justificar todo lo que haga en su antigua venganza, a pesar de las advertencias de sus hermanos. Pero también se entremezclan escenas sucedidas en los libros anteriores protagonizados por sus hermanos desde el punto de vista de Ethan.
Mientas Madeleine volverá a París, donde su situación no hará más que empeorar, perseguida por los prestamistas y rechazada por su prometido, que quiere comprobar "su virtud". En estas aparecerá "su escocés", al que por primera vez verá la cara, y, para sorpresa de Ethan, no impresionará especialmente (ni a ella, ni a sus amigas del barrio, acostumbradas a ver cosas peores), ni tampoco la convencerá fácilmente para que acepte irse con él: será el matrimonio o nada. Al final llegan a una promesa de matrimonio, ya que Ethan asegura que tiene que casarse en Escocia con su clan, y regresan a Inglaterra, donde Ethan debe decidir qué siente por Madeleine y si puede arriesgarse a quedarse a su lado, ahora que ha descubierto, no solo que su madre lleva muerta casi desde que dejó Inglaterra, sino que su venganza a quien perjudicó entonces fue a una niña que no tenía nada que ver con lo que le sucedió, y que ahora no sabe que está con la persona que le hizo tanto daño.
Opinión final:
Voy a dejar aquí el resumen porque sino desvelo todos los misterios, pero podéis deducir que el libro me ha enamorado. Madeleine es encantadora, tratando de ser fuerte y positiva, aunque en el fondo siempre esté esperando lo peor. Y Ethan es un ogro que solo quiere que le quieran. Empieza amargado porque cree que está maldito y luego porque encima tiene la cara marcada pero, cuando ve las repercusiones de sus actos, trata de enmendarse... A su modo, claro: matando, amenazando y engañando. Pero también tratando de que Madeleine sea feliz y que nunca sepa lo que hizo. Y claro, con semejantes bases, esa relación está condenada, ¿o no?
Así que, aunque no he leído los otros libros de la saga, tampoco lo he echado tanto en falta, a pesar de que la autora haya entrelazado claramente las 3 historias, o al menos 2 de ellas.
Este libro está recomendado para aquellas que adoren un protagonista torturado pero con una gran capacidad de amar una vez que se entrega, y una protagonista que se deja pisar lo justo (no la trata como un trapo, no me refiero a eso), porque cuando dice basta, lo dice de verdad y se hace respetar.
Así, Ethan lleva 10 años de su vida provocando terror y horror en la gente cuando le miran a la cara, ya que tiene un lado desfigurado con una cicatriz que le atraviesa. Durante ese tiempo solo ha tenido contacto sexual con aquellas mujeres a las que ha pagado para fingir (no muy bien) que no les importa su cara, antes muy atractiva. De hecho, la cicatriz se la hicieron precisamente por eso: tras descubrirlo en la habitación de una mujer casada que, para cubrir su casi adulterio, le acusó de violarla. Salvó la vida porque, mientras le torturaba el criado que iba a matarlo, el marido descubrió en la ropa de Ethan una nota de su esposa citándolo, y aunque evitó que siguiera el castigo que él mismo había impuesto, el hombre sintiéndose profundamente culpable, consiguió que le mataran pocos meses después. Ethan, por su parte, no se sintió medianamente satisfecho hasta que arruinó a la viuda, que tuvo que huir del país con su hija pequeña perseguidas por los acreedores.
Y esa hija es Madeleine. Nunca ha sabido que sucedió esa noche (aunque tiene sus sospechas), pero está segura de que fue entonces cuando se derrumbó su mundo. El haberse tenido que buscar la vida en las calles de París, tras la muerte de su madre, es solo un detalle más. Pero esto es algo que nadie sabe en Londres, ya que ha conseguido mantener la apariencia de una vida rica con sus antiguos amigos, gracias a una dirección falsa donde recogen su correo. Pero ya no puede seguir así, necesita casarse y a ser posible no con el hombre que le espera en París. Así que pide un crédito y visita a sus mejores amigas, con la esperanza de que su hermano acepte casarse con ella. Desgraciadamente, él la rechaza, y ella decide encontrar un sustituto antes de irse o al menos elegir un amante para sentir una vez en la vida la verdadera pasión.
Es en la puerta de una fiesta de máscaras con estos amigos, en la peor zona de la ciudad, donde la ve por primera vez Ethan, y queda totalmente impactado por su belleza, así como por la contradicción que representa: parece inocente, pero al mismo tiempo no parece nada impresionada por alguno de los "espectáculos" con los que tropieza en la fiesta. Y ella, aunque está cubierto por una máscara, también queda impresionada por su presencia. Así que tras un breve tira y afloja, y una conversación sincera, donde Ethan se niega a casarse y Madeleine queda convencida ya de que ningún rico querrá casarse con ella, lo que iba a ser el último acto de libertad de ella, acaba convirtiéndose en la peor experiencia y un nuevo motivo de enfado para él.
En este momento se separan y Madeleine decide intentar rehacer su vida en París, mientras Ethan descubre quien es ella en realidad y cree que su madre la ha mandado para pillar a un rico y seguir dándose la gran vida, por lo que su actitud desde ese momento es justificar todo lo que haga en su antigua venganza, a pesar de las advertencias de sus hermanos. Pero también se entremezclan escenas sucedidas en los libros anteriores protagonizados por sus hermanos desde el punto de vista de Ethan.
Mientas Madeleine volverá a París, donde su situación no hará más que empeorar, perseguida por los prestamistas y rechazada por su prometido, que quiere comprobar "su virtud". En estas aparecerá "su escocés", al que por primera vez verá la cara, y, para sorpresa de Ethan, no impresionará especialmente (ni a ella, ni a sus amigas del barrio, acostumbradas a ver cosas peores), ni tampoco la convencerá fácilmente para que acepte irse con él: será el matrimonio o nada. Al final llegan a una promesa de matrimonio, ya que Ethan asegura que tiene que casarse en Escocia con su clan, y regresan a Inglaterra, donde Ethan debe decidir qué siente por Madeleine y si puede arriesgarse a quedarse a su lado, ahora que ha descubierto, no solo que su madre lleva muerta casi desde que dejó Inglaterra, sino que su venganza a quien perjudicó entonces fue a una niña que no tenía nada que ver con lo que le sucedió, y que ahora no sabe que está con la persona que le hizo tanto daño.
Opinión final:
Voy a dejar aquí el resumen porque sino desvelo todos los misterios, pero podéis deducir que el libro me ha enamorado. Madeleine es encantadora, tratando de ser fuerte y positiva, aunque en el fondo siempre esté esperando lo peor. Y Ethan es un ogro que solo quiere que le quieran. Empieza amargado porque cree que está maldito y luego porque encima tiene la cara marcada pero, cuando ve las repercusiones de sus actos, trata de enmendarse... A su modo, claro: matando, amenazando y engañando. Pero también tratando de que Madeleine sea feliz y que nunca sepa lo que hizo. Y claro, con semejantes bases, esa relación está condenada, ¿o no?
Así que, aunque no he leído los otros libros de la saga, tampoco lo he echado tanto en falta, a pesar de que la autora haya entrelazado claramente las 3 historias, o al menos 2 de ellas.
Este libro está recomendado para aquellas que adoren un protagonista torturado pero con una gran capacidad de amar una vez que se entrega, y una protagonista que se deja pisar lo justo (no la trata como un trapo, no me refiero a eso), porque cuando dice basta, lo dice de verdad y se hace respetar.
2 comentarios :
Me encanta!! Es una de las series que más me gusta de la autora, sobre todo por lo que has dicho, que es un hombre torturado ains!!
El primero también me encantó pero el segundo es un pelin más flojo.
Un beso
Dácil
Si, la verdad es que yo también tengo debilidad por ese tipo de personajes, así que me encantó desde el principio.
Tendré en cuenta tu recomendación y si los veo también los leeré.
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