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miércoles, 29 de mayo de 2013

Probando, probando: Final de la prueba de Lissea

Hace un mes os contaba que había sido elegida como probadora de una nueva linea de cuidado para el pelo, y que al cabo de un mes de usarlo os contaría cómo me había ido.

Los resultados han sido bastante buenos, pero no tanto como esperaba (problemas de emocionarse con las cosas), pero vayamos por partes para que quede claro.

Lissea aseguraba que ayudaba "a facilitar el alisado o moldeado, dejando el cabello suave y desenredado, evitando el encrespamiento, por lo que está especialmente recomendado para cabellos secos o indisciplinados". Yo, como tengo el pelo rizado, lo tengo muy seco, así que parecía perfecto para mi.

Cuando probé el Champú, ya noté que era diferente: a diferencia de los que he usado hasta ahora, éste es muy espeso y viscoso y con un olor a plantas que me encantó. Sin embargo sus efectos no los notareis a la primera, sino que son acumulativos, por lo que, aparte de lo dicho, no noté ninguna diferencia en el cabello mientras lo usaba, aunque sí en las siguientes ocasiones. Todo lo contrario que con el suavizante, que ya desde la primera vez que lo usé desenredó completamente el cabello, y sin embargo, posteriormente, ya no fue tan espectacular al hacerlo antes, prácticamente por sí solo, el champú, por lo que se convirtió en una suerte de mascarilla ligera.

En cuanto a los productos para después del lavado, no me han servido para mejorar el secado, pero aquí me temo que puede haber sido también por torpeza mia. No soy muy habil alisándome el pelo, y fue lo primero que intenté, ya que se suponía (y daba la sensación) de que me ayudarían con el secado. Al principio, así lo parecía, pero llegó un momento en el que tuve los problemas de siempre y desistí, una vez comprobado que, además de productos adecuados, necesitas poner algo de tu parte, y yo necesito ayuda en ese aspecto, así que volví a mi estilo habitual, rizado.

Aun así, si que noté diferencias, y saqué fotos para que vosotros también pudierais comprobarlo. Por desgracia, aunque traté de reproducir todas las variables posibles para que la única diferencia fuese el cuidado del cabello (me puse hasta la misma chaqueta), me falló la luz del día y el color parece diferente. Sin embargo, si dejamos de lado ese detalle, creo que se puede ver que el pelo está menos inflado y el rizo más marcado.

Sin las fotos para comparar, yo ya notaba que tenía el pelo más manejable y brillante y, desde luego (si no intentaba experimentos con el secador), menos encrespado. Así que creo que puedo dar por buena la experiencia con Lissea y quiero dar desde aquí las gracias a Rene Furterer y Belleza en vena por darme la oportunidad de probarlo.

¿Os ha parecido interesante esta experiencia?
 
Este post ha sido redactado según el Código  de Confianza C4C.
 
 
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jueves, 25 de abril de 2013

Probando, probando...

Esta va a ser la entrada "no librera" de la semana, pero es que gracias a Rene Furterer y Belleza en vena, voy a tener la oportunidad este mes de probar la nueva línea para el cuidado del cabello "Lissea".

Este pack está formado por un champú, acondicionador y 2 tratamientos para facilitar el secado, uno especialmente indicado para proteger el pelo cuando se utilizan planchas, y promete facilitar el alisado o moldeado, dejando el cabello suave y desenredado, evitando el encrespamiento, por lo que está especialmente recomendado para cabellos secos o indisciplinados.

Como yo tengo el pelo rizado y seco, me pareció una oportunidad de comprobar si realmente había encontrado la forma de cuidar mejor mi pelo, así que me apunté al sorteo, ¡y gané! Así que dentro de un mes podreis leer mis impresiones, junto a la de las otras probadoras, en Belleza en vena, pero también las publicaré aquí con alguna foto de mi pelo para que podais comparar si se nota algún resultado.

¿Os gustan este tipo de iniciativas? ¿Habeis sido alguna vez probadoras de un producto?

Este post ha sido redactado según el Código  de Confianza C4C.
 
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martes, 15 de noviembre de 2011

Trucos para un maquillaje 10 de Marta Guillén Muñoz

Trucos para un maquillaje 10 de Marta Guillén Muñoz

¿Te has parado a pensar que un rosa chicle en tus mejillas puede favorecerte más que un marrón anaranjado? Los tonos de tus productos de maquillaje y las texturas que elijas dependen en gran medida del tipo de piel que tengas y del color de tus ojos y cabello.
La edad y el momento del día u ocasión también influyen a la hora de resaltar tu belleza natural. Las necesidades de maquillaje serán distintas, pues no es lo mismo una piel joven, casi sin imperfecciones, que una madura en la que ya empiezan a ser visibles las primeras lineas de expresión. Asimismo, el tipo de maquillaje se debe elegir en función del lugar al que acudas o el tipo de cita que tengas, tal y como haces cuando escoges tu vestuario.

Opinión:
La editorial Rojo de Fassi lanzó hace unos meses una nueva colección sobre moda que inauguró con 4 libros de pequeño formato e ilustrados con multitud de fotografías, de trucos de belleza y estilo. Yo he tenido la oportunidad de leer éste porque mi hermana lo ganó en un sorteo, y mi opinión se va a ver afectada por eso, ya que, lo que esperaba encontrar ella en este libro, no estaba ahí.

Veréis, leyendo la sinopsis ella esperaba un libro que la diera consejos sobre colores adecuados y cómo maquillarse. Y aunque todo eso está, la parte de "colores adecuados" es casi anecdótica, y el cómo maquillarse es más bien cuál es el orden correcto de aplicación.

El libro sin embargo está muy bien si lo que quieres es conocer más los distintos tipos de productos de cada tipo que existen. Es decir, describe una a una las distintas clases de fondos de maquillaje, correctores, sobras de ojos, perfiladores, productos labiales, etc que hay en el mercado, sus características y para quienes están recomendados. Yo así he entendido porqué me funcionan mejor unos que otros y he aprendido incluso algunos usos que no conocía. Además, están ilustrados cada uno de ellos, así que en caso de duda sobre el producto descrito, tienes aclaración visual instantánea a su lado.

También tiene una sección con errores frecuentes (con su correspondiente fotografía), muy útil para ilustrar esos "horrores" que en ocasiones han estado de moda (como los labios perfilados más oscuros que el color que usamos en el resto). Pero cuando llega el momento de "cómo maquillarse según tu edad y ocasión", lo que describe es un paso a paso de las zonas a maquillar, lo que, si bien es útil, creo que se salta el paso básico inicial, que debería ser precisamente cómo usar esos productos, es decir, cómo extenderlos según sea la forma de tu cara, tus ojos y tus labios, y los colores más adecuados en cada caso.

Por tanto, es un librito útil, ameno y didáctico sobre el maquillaje, al que sacareis partido si queréis saber más sobre estos productos y ya tenéis unas nociones básicas sobre cómo maquillaros.

3 ★ ★ ★ ★ ★

¿Habéis leído alguna vez un libro sobre maquillaje?
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miércoles, 28 de septiembre de 2011

Si el zapato ajusta

Aviso que, tras leer lo que he escrito, y para que nadie lo confunda con un anuncio si llegan a esta entrada por algún buscador, todo lo que cuento es verdad, que la marca que menciono no me ha pedido que escriba esta entrada, ni me ha pagado ni regalado ninguno de sus productos a cambio de la misma.

No creo que alguna vez fuese un secreto, pero por si acaso, hace apenas un mes confesé aquí mi desesperación ante las tallas de la ropa cuando iba de compras. ¿Cómo atreverse a comprar por Internet si cada diseñador (y casi cada prenda) tienen unas medidas diferentes? Entonces ya os adelantaba que algo similar me pasaba con el calzado (de hecho, está en segundo lugar en mi Wishlist, después de un trabajo), pero aquí, reconozco que "la culpa" la tienen mis pies.

Yo soy una de esas personas "afortunadas" de tener la piel muy fina y delicada, y si es la piel de los pies, parece que se multiplica. Soy mejor que los controles de calidad. Localizo todas las imperfecciones. Así, desde muy pequeñita he tenido problemas para encontrar calzado que no me hiciese daño. Era capaz de notar nudos minúsculos o pliegues de un forro que no estaba perfectamente pegado. Para una persona con pies normales, puede sonar a exageración, pero para mi significa que, a poco que empiece a andar, se me forman ampollas y heridas. Siempre llevo tiritas a mano, porque nunca sabes cuando una rozadura puede empezar a asomar, simplemente porque un día hace más calor del habitual o un calcetín no impide que te hagan daño. Tanta delicadeza ha provocado que, cuando voy de compras, me esté un buen rato con los zapatos que tienen posibilidades, para asegurarme lo más posible que no me hace daño, y que, a pesar de lo mucho que me gustan, haya renunciado a los "supertaconazos" fuera de ocasiones especiales, ya que me destrozan los pies con mayor facilidad, pero también al zapato completamente plano, por la misma razón.

Cuando me tocaron los zapatos de fiesta de Sacha London ya os conté que, tras una buena sesión de horma y "desbrave", pude usarlos durante toda una boda y fiesta posterior, y hace poco he recibido su catálogo de la nueva temporada Otoño-Invierno 2011 e información de sus próximos servicios, con los que me he llevado una alegría a medias. Al parecer han creado una aplicación para iPad por la que puedes encargar tus zapatos "a medida". Me explico: tienen unos modelos de zapatos de base que puedes personalizar en todos y cada uno de sus elementos que lo componen de forma individual (colores, tipos de piel) y además, si lo necesitas, puedes encargar que el zapato izquierdo sea un número distinto del derecho.
Lo que estropea un poco la noticia es que, al menos de momento, solo sea con esta aplicación y en puntos autorizados, y no hagan un servicio web para la mayoría de posibles usuarias. No creo que sea una cuestión de mayor dificultad técnica, ya que yo ya conocía una web americana que, como ellos decían, te hacían los zapatos de tus sueños (aunque los 2 del mismo número, aquí le gana Sacha London). Pero, por lo que parece, es un servicio que aun está en periodo de pruebas, y solo se puede usar en sus tiendas. El resto, tendremos que esperar hasta la próxima temporada Primavera-Verano 2012, si finalmente le dan el visto bueno.

Por otro lado, me han encantado algunos de sus modelos de la colección de Otoño-Invierno 2011. En zapatos, eliminando todos los taconazos, para mi destaca el modelo Clara. Tengo unos zapatos con un tacón igual y doy fe que es muy cómodo, además, me ha parecido realmente muy bonito y original. Y si me arriesgara con los que tienen algo más de tacón, me gustaría ver el modelo Escort, ya que parecen unos zapatos muy ponibles, con la altura ideal para lucir tacones y que sigan siendo cómodos.

Sin embargo, lo que me ha entusiasmado es ver la variedad de botas y botines que tienen. Qué le vamos a hacer, soy del Norte, y en invierno lo que nos sobran son días de lluvia y frio, así que se me suelen ir los ojos con este tipo de calzado.

Así, para empezar, me ha encantado (a pesar del tacón) la versión botín del Clara, es decir, el Larisa. Me parece la originalidad elevada varios centímetros.

Las botas altas de la colección en general me parece muy femeninas, y me quedaría sola enseñándooslas, pero las que de verdad me han enamorado, son las botas Felicia: preciosas, con suela de goma para evitar resbalones, forrados de pelo (aunque en la foto no se vea) para que el pie y la pierna estén bien calentitos, algo de plataforma que reduce los posibles remojones en los charcos y la sensación de altura en el ángulo del tacón, y éste no demasiado estrecho, para pisar siempre con seguridad. Al menos, esto último me lo ha parecido a mi comparándolo con el botín Fiona, al que solo le veo ese "fallo" (que parece que el tacón es un poco más estrecho), porque sino es otro modelo de 10.

Para terminar no he podido evitar fijarme en 2 pares de botines más por diferentes razones:
El primero, el modelo Lourdes, porque me parece una monada. No me veo andando bajo el viento y la lluvia con esos tacones pero, sencillamente, me encantan.
Y el segundo es este par llamado Libera. ¿No os parecen muy steampunk?

En fin, ya conocéis otra de mis debilidades: los zapatos.
Y en realidad, no sé si será una suerte encubierta que tenga los pies delicados, porque cuando hay tantos que me gustan, probablemente nunca tendría suficientes.

¿Sois de las que usáis zapatos porque no se puede ir descalza o son un complemento que os encanta? ¿Os gustaría diseñar vuestros propios zapatos? ¿Sufrís como yo a la hora de encontrar calzado que os quede bien?
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miércoles, 14 de septiembre de 2011

Consejos básicos de maquillaje

Mi anterior entrada sobre maquillaje, despertó un interés inesperado sobre cómo aprender a maquillarse. No mentía cuando decía que, para el trabajo, tengo el maquillaje controlado. No tengo ya ni que pensarlo y lo hago en un momento: corrector, sombras de ojos, perfilador y un poco de brillo de labios. No necesito más.

Pero también hablaba de que ahora, opositando a tiempo completo, uso el maquillaje como una manera de asegurarme de que me tomo mi tiempo de descanso y me arreglo.

Y es que el maquillaje, como la ropa, tiene sus trucos. Hay quien no tienen que pensárselo mucho, porque tiene más facilidad que otros para arreglarse y sacar partido a lo que tienen. Hay quien se puede gastar más que otros en ello. Pero desde luego, hoy en día, no creo que sea algo que debamos descartar ni dejar de tener en cuenta.

Consejos básicos para maquillarse:

1º No tengas miedo a equivocarte. 
Es lo normal. Meter la pata y usar colores que no te van nada, excederte con la cantidad, o no extenderlo bien y parecer que llevas una máscara. Si nunca has cometido ninguno de estos errores, enhorabuena, eres una privilegiada y probablemente se te dé bien el dibujo. A todas las demás: tranquilas. A veces es más fácil saber qué está mal antes que qué está bien. Una vez os deis cuenta del error, os será más fácil no volver a cometerlo.

2º Experimenta.
Aunque muchos productos se vendan con un aplicador, la mayoría puede usarse de varias formas, y el resultado cambia según el que utilicéis y cómo lo utilices. Hay gente que adora los aplicadores de esponjita que vienen con muchas sombras de ojos. Otras utilizan directamente los dedos. Yo, personalmente, no os recomiendo ninguna de las 2. Prefiero usar pinceles, que según la forma que tengan me ayudan a darle diferentes efectos al maquillaje. Y lo mismo sucede con las barras de labios, fondos de maquillaje o iluminadores.

3º Higiene ante todo. 
Empieza siempre con una cara perfectamente limpia e hidratada. No hace falta que te gastes un dineral en una supercrema, sobre todo si eres joven, pero el maquillaje se aplica mucho mejor y tu piel lo agradecerá también. Lo mismo se extiende a los aplicadores que uses: si nunca te llevarías tus dedos sucios a los ojos o a la boca, ¿por qué iba a ser diferente con tus pinceles, borlas o brochas? Un poco de agua y jabón y un buen aclarado es suficiente para el día a día y así tener siempre limpios los elementos que necesites para aplicarte el maquillaje.

4º Conócete a ti misma.
No hay chicas feas, solo mal aprovechadas. Si, hay afortunadas que responden al canon de "belleza natural" que se lleva ahora, pero la mayoría no somos perfectas, y eso no significa que no podamos lucir estupendas. Mírate al espejo y se sincera contigo misma. Todas somos expertas en buscarnos defectos, pero busca también tus puntos fuertes. Los tienes. Y puede que alguno de tus "defectos", con un poco que te fijes, pueda mejorarse y hasta convertirse en uno de tus puntos fuertes si sabes cómo.
5º No te maquilles justo antes de salir, y menos el día que quieras ir especial.
Si es un desastre, que al menos te de tiempo a quitártelo. Cono nadie nace sabiendo, lo normal es que caigamos unas cuantas veces en el primer punto, así que no es buena idea maquillarte con prisas si no tienes muy claro lo que vas a hacer. Si encima quieres maquillarte tu misma para un día especial, es mejor que experimentes antes en casa otro día que no tengas nada que hacer. Si tu piel es sensible, es preferible que no hagas múltiples pruebas el mismo día por muy bien que te desmaquilles cada vez.

6º No uses todos los productos a la vez sin haber experimentando antes uno a uno con ellos.
Comprueba su textura, como se extiende, su color, y todo lo que se te ocurra. Después, ya podrás usarlo con tu maquillaje habitual o especial. Intenta reducir las sorpresas al mínimo.

7º Menos es más.
Sobre todo cuando empiezas y todavía no controlas los productos y su efecto, pero no tienes mucho tiempo para experimentos. En estos casos, es mejor empezar con algo sutil o al menos no demasiado colorido. Lineas finas al perfilar ojos y labios, y difuminar muy bien el maquillaje en general. La regla de oro del maquillaje de diario: si destacas los ojos, pon solo un poco de brillo en los labios (o un color muy natural), y si optas por destacar los labios, los ojos serán los que apenas lleven maquillaje (el corrector antiojeras ni se discute). Conseguir un maquillaje "belleza natural" (es decir, que destaque tus puntos fuertes pero que no se note que vas maquillada) es lo más difícil que hay, porque tenéis que encontrar vuestros colores y productos más adecuados a vuestro tipo de piel. Si aspiras a ella, y hasta que lo consigas, la regla de oro será tu mejor aliada.
¿Seguro que este color me queda bien?

8º Lo que a otra persona le queda maravilloso, no tiene porque irte a ti igual de bien.
Salvo que sea tu hermana gemela y tengáis el mismo estilo, el maquillaje es como la ropa, y por muy bien que le siente a tu mejor amiga algo, no tiene porque quedarte igual de bien a ti, ni los colores ni la forma de aplicarlo. Así que no vayas a ciegas y compres el color "Rosa chicle" de la marca X porque a tu vecina le queda de lujo, o porque los maquilladores dicen que es lo último esta temporada, sin asegurarte de que te ves bien con él, no sea que descubras demasiado tarde que el "Rosa chicle" no es tu color.

9º Usa los productos adecuados a tu tipo de piel.
Con los colores para ojos y labios hay más posibilidades, pero cuando se trata de buscar una base y un corrector, deberán ser lo más parecido posible a tu tono de piel, el de verdad, no el que te gustaría tener, así que lo más probable es que necesites 2: uno para el invierto y otro para el verano. Lo bueno es que entre medias podrás combinarlos para ajustarlos a tu piel de cada momento, salvo que realmente tu tono cambie mucho de invierno a verano. Es decir, que si entre uno y otro hay más de 2 números, olvídalo. Además, el que tu piel sea grasa o seca también influirá para que te decantes por polvos compactos, maquillaje fluido u otra textura.
Un bronceado muy falso

10º Consulta a tu vendedora.
Si encuentras a una vendedora de confianza y que sepa lo que vende (vamos, que no sepa solo el precio), no hay nadie mejor para que te explique cómo usar los productos y hasta qué colores te van mejor. Si no está bien maquillada o te aconseja una base 2 tonos más oscura que tu color de piel "para darte un poco de color", mejor vete a otro sitio o no la hagas ni caso. Solo un maquillador profesional muy bueno es capaz de "dar color" a alguien muy pálido y que no parezca artificial, y ninguno lo hará por iniciativa propia. Si tienes la oportunidad de que te maquille uno, ponte en sus manos y ¡aprende a sacarte partido! Van a venderte sus productos, eso no lo dudes, pero lo harán dejándote preciosa y enseñándote ha repetirlo en casa, o saben que te irás dando las gracias y diciendo que nunca podrías hacerlo tú sola.

11º Prueba los productos antes de comprarlos.
Aunque no tengas la ayuda de una buena vendedora/maquilladora, la mayoría de los productos se venden en stands con muestras de prueba. ¡No te cortes y úsalos! Si hay tantos tonos de cualquier producto, es por algo. A veces buscar un simple "rojo" de labios, puede ser una odisea, porque no todos son iguales ni se ven igual en cada persona, y lo que es peor, quizás esa marca no tenga el que a ti te quedaría bien. La mano sirve para descartar en un primer momento algunos productos pero, por ejemplo, un lápiz de labios no sabrás como te queda hasta que lo pruebes de verdad. No hay otra forma. Además, antes de comprar cualquier producto es mejor que esperéis unas horas para ver como aguanta y responde en vuestra piel, a no ser que ya hayáis usado antes uno similar de esa misma gama.

12º Busca información sobre el tema.
Internet es un gran aliado. Hay montones de webs, vídeos y blogs sobre el tema. Cuando empecé a maquillarme, a mi me fueron muy útiles los dibujos esquemáticos. Parece una tontería, pero algunas cajas de sombras (sobre todo) vienen con uno o varios esquemas sobre cómo aplicar los colores, y en muchos sitios los usan para explicar como extender los colores en función de la forma de los ojos que tengas. Muy claros, sencillos ¡y funcionan!
Demasiados polvos sueltos y un flash...

13º Hazte una foto.
A estas alturas todos tenemos a mano una cámara digital o el móvil, que nos permitirá comprobar cómo queda el maquillaje fuera de nuestro cuarto de baño. Absolutamente recomendado si no es solo un maquillaje de diario, sino para una ocasión especial y sabes seguro que te van a fotografiar. No te lleves sorpresas, comprueba cómo se ve a través de una cámara sino quieres llevarte un buen susto después, cuando el flash haya hecho de las suyas.

14º Desmaquíllate, siempre.
No valen medias tintas. Sino quieres despertarte con el aspecto de un osito panda o un payaso borracho, desmaquíllate cuando llegues a casa o vayas a acostarte. Si a eso le añades una crema hidratante una vez que esté limpia la piel, y una exfoliación suave una vez a la semana, dentro de pocos años me lo agradecerás.

15º No tengas miedo a equivocarse.
Insisto, lo sé, pero de los errores también se aprende y no vais a hacer nada que un buen desmaquillaje no pueda borrar.

¿Te han parecido útiles estos consejos? ¿Tienes algún consejo básico más?
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sábado, 13 de agosto de 2011

Malditas tallas

Odio ir de compras.
En serio, es una tortura china, y de las buenas. Solo así se explica que vayamos voluntariamente cada temporada y nos convenzan para que compremos cosas porque "están de moda". ¿O me vais a decir que a vosotros nunca os ha acabado gustando algo de tanto verlo y hasta habéis picado y comprado, para al año siguiente preguntaros en que diablos estabais pensando?

Pero en realidad, esa no es la razón por la que detesto ir de compras.

La verdadera razón son las tallas de la ropa (las del calzado son historia para otro día), y es que, salvo que seas una privilegiada cuyo cuerpo corresponde con alguno de los tallajes "estándar" con los que la industria nos regala cada temporada, lo normal es que las mujeres no sepamos que talla usamos, sino que "habitualmente" usemos una y en cada tienda tengamos que redescubrir nuestra talla. Cuando no en cada prenda...
Para esto sirvió el famoso estudio del cuerpo
de la mujer española en el que se gastaron tantos millones:
Para darme la razón en que se talla mal,
y salir igual de enfadada de la tienda.

Tanto es así, que yo cuando llegué a la adolescencia empecé a decir que la ropa "estaba mal hecha", porque o por defecto o por exceso, nunca me quedaba nada bien. Así que, a las experimentaciones de la edad, se unía el que la ropa me quedara por sistema o muy prieta o muy suelta, o, el colmo de los colmos, prieta donde debía quedar suelta y suelta donde debía quedar ajustada.
Con los años, la cosa parece que mejora, ya que al menos empiezas a tener claro qué te queda bien, y descubres algunas tiendas o marcas que hacen una ropa que se adapta mejor a tu físico.
Pero también empiezan a pasar cosas "raras".
No sé si tiene algo que ver, pero después de que los diseñadores decidieran que no querían supermodelos, sino maniquíes, y las modelos empezaran a parecer esqueletos andantes, también empezaron a desaparecer en algunas marcas las tallas más grandes (ya no había XL, y a veces ni L) y si había, parecían haber encogido. Y no hablo de marcas de diseñadores superfamosos y supercaros (de hecho, ellos son los que mejor tallan), sino de marcas populares de venta en centros comerciales.
No sé quién fue el genio al que se le ocurrió esa idea, pero deberían darle pa'lpelo, porque las reacciones que provoca en la chica o mujer que se encuentra con eso, no son precisamente buenas, y pueden ir desde la incredulidad o el enfado si te das cuenta de que es cosa del fabricante, a la depresión si "crees" que has engordado tanto, y de repente ya no encuentras ropa de tu talla... ¿Es que quieren impulsar la venta de ropa de tallas grandes? Entendedme, me encanta que la industria se haya puesto las pilas y ahora haya ropa "normal" para todo tipo de personas, tengan el físico que tengan (si es que entendemos la moda como algo normal), pero no que te empujen artificialmente a ir a esas tiendas cuando tienes un físico que todo endocrino calificaría de sano.
No sé de que país son esas tallas, pero con lo que me gustaba Eva y mírala ahora...

Porque esa es otra, ¿cuándo se debería considerar que se tiene una talla grande? Hace unos meses el suplemento Mujer Hoy publicaba un reportaje hablando de las modelos de tallas grandes y me indigné, porque yo no llamaría a "eso" "talla grande". Para empezar, hablaban de que las agencias de modelos ahora tienen un departamento especialmente dedicado a las modelos que tienen "más de una talla 38", luego, para una agencia de modelos, una chica que use una talla 40, ya es una "talla grande"...
Vamos, que está gorda tenga la altura que tenga, para que vamos a andarnos con tanto eufemismo si luego lo que destacan en las fotos son las "lorzas", y en las demás fotos de las revistas salen chicas esqueléticas pero que, quizás porque estamos más acostumbrados a verlas, creemos que son "normales", y en comparación, esas chicas de talla 40 ó 42 parecen enormes. ¡Y no lo son!

¿Creéis que exagero? Yo uso una 42, pero habitualmente no lo digo. ¿Por qué? La reacción entre chicas es sorprenderse (para que los chicos reaccionen necesitan una comparativa, y normalmente no saben o no recuerdan ni su talla, como para recordar la de otras mujeres salvo que se proporcione en ese mismo momento), mirarme de arriba a bajo para comprobar, y decir algo así como "no puede ser, ¡pero si no estás gorda!".
Ya sé que no. Tengo el peso adecuado para mi altura. Y esa es la cuestión: que aunque no lo sea, al lado de cualquier modelo de hoy en día debo parecer un camión y, sin embargo, llevan años vendiéndome que ese es el modelo de belleza a la que una chica debe aspirar a parecerse.
Y lo siento, pero ya no me lo creo.

Todos somos preciosos
Entendía cuando hace años existían las top models, y las veía en fotos o en pasarelas, que eran "perfectas" porque eran especiales y únicas, pero ahora que sacan treinta esqueletos en fila, con maquillajes que las disfrazan y enmascaran para que la que destaque sea la ropa (que en muchas ocasiones parece que les quede enorme) y ellas se confundan entre si... Lo siento, pero eso no es bello ni sano. Y por supuesto, no es normal ni un cuerpo al que una mujer deba aspirar. Porque, de hecho, solo una niña puede tener esos cuerpos, y no todas. La adolescencia, en los últimos miles de años, ha tendido a proporcionarnos a las mujeres algo incompatible con esos cuerpos: tetas y culo (o, si nos ponemos finos, pechos y caderas). Y en mi experiencia, dudo de la heterosexualidad de un hombre que me diga que ese es el tipo de mujer que le gusta, aunque realmente hay gustos para todo...

¿Qué hay mujeres que son naturalmente así de delgadas y están perfectamente sanas? Por supuesto, pero quizás tan pocas como antes había "supermodelos".

Para las demás solo cabe matarse de hambre. Y la palabra clave es "matarse". Porque un régimen que te permite contarte las costillas no es algo bonito y nadie puede vivir permanentemente por debajo de su peso. Y creo más práctico y sano quererse a uno mismo y redescubrir lo hermoso que hay en nosotros, digan lo que digan las revistas y la moda del momento...

¡Aunque luego me desespere cuando voy de compras!

¿También a ti (para bien o para mal) te vuelve loca la moda?
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sábado, 23 de julio de 2011

El último regalo de Junio

Os había prometido enseñaros el último regalo que gané en Junio, y aunque se ha hecho esperar, cuando veáis cuál es, entenderéis porqué...


¡Unos zapatos!
Pero no unos zapatos cualquiera, sino unos Sacha London de fiesta, modelo "Wolf whistle" en negro que sortearon en Jewel Style.

No sé si ya lo habré dicho aquí antes, pero odio ir a comprar zapatos: tengo los pies muy delicados, así que me los cuido lo más posible. Esto ha supuesto que haya prácticamente renunciado a llevar zapatos de mucho tacón o completamente planos, y que muchas veces haya tenido que decidirme por un zapato "feo" pero cómodo, ya que, para colmo, creo que uso un "y medio", y muy pocas marcas tienen medios números...
Un autentico desastre que creo que ha provocado en mi un amor/odio a los zapatos, porque me encantan, pero es un sufrimiento no poder llevar los que me gustan.
Salvo en ocasiones especiales. Ahí suelo arriesgar un poco más, pero es que no soportaría llevar un zapato en el que no me sintiese tan estupenda como con el resto del conjunto. Procuro llevar unos zapatos de recambio "por si acaso" y lista. Pero eso no quita que trate de llevar unos zapatos que no me hagan daño de entrada, o no podría dar un paso en muy poco tiempo...


Así que imaginareis lo preocupada que estaba cuando pedí mi número a Sacha London... Mercedes, la persona con la que traté, fue encantadora y me aseguró que, aunque en ese modelo no tenían medios números, creía que no tendría problemas con mi numeración habitual, pero que si finalmente necesitaba un número más, me lo cambiaban. El paquete llegó al día siguiente y se preocupó en todo momento de que yo quedara satisfecha. Así que, un 10 en la atención al cliente de Sacha London.

Por desgracia, si que hubiese necesitado medio número más, ya que uno me apretaba un poco, pero un número completo más hubiese sido demasiado, así que he pasado este último mes "desbravándolos", primero en la horma, y después en casa, usándolos con calcetines (algo bueno ha tenido que en el Norte no hayamos tenido demasiado calor este Julio).


Y este es el resultado, que estaré luciendo hoy cuando estéis leyendo estas lineas.Y es que tengo una boda, y el vestido que voy a llevar combina estupendamente con los zapatos (de hecho, por eso me apunté al concurso). Evidentemente, llevaré recambio, pero espero que si los uso sea por la falta de costumbre de llevar tanto tacón (9 cm, pero con plataforma que descansa más la puntera y reduce el ángulo del pie) y no porque los zapatos finalmente me hayan hecho daño.

Actualización: De vuelta de la fiesta y ya descansada, puedo añadir que los zapatos han dado un resultado fantástico. No solo no me han hecho ninguna rozadura, sino que pude aguantarlos hasta el final de la fiesta sin tener que recurrir a los repuestos. Además, no pasaron desapercibidos (ni yo con ellos), ya que, entre la altura que me daban y el modelo, tuve varios comentarios. Así que prueba superada, y ya estoy deseando tener una nueva oportunidad para lucirlos.

¿Qué os parecen mis zapatos nuevos? ¿Habéis comprado alguna vez zapatos por Internet? ¿Conocíais esta marca?
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jueves, 21 de julio de 2011

Sombra aquí, sombra allá

Aviso que, tras leer lo que he escrito, y para que nadie lo confunda con un anuncio si llegan a esta entrada por algún buscador, todo lo que cuento es verdad, que la marca que menciono nunca se ha puesto en contacto conmigo y mi conocimiento de ésta se limita a la compra y uso de alguno de sus productos.
Lo que tiene estudiar para unas oposiciones, es que tienes épocas buenas, en la que estás muy concentrada y todo va como la seda en los estudios, y otras no tan buenas, en las que, o bien te cuesta concentrarte y por muchas horas que le eches, parece que nada se te quede y te distraes hasta con el vuelo de una mosca. Si encima ya no trabajas y solo estudias, los extremos se multiplican, por lo que los descansos son muy necesarios sino quieres que "se te vaya la olla" y empieces a hacer locuras (¿cómo escribir esta entrada?).

El año pasado estudiaba y trabajaba, y aproveché mis vacaciones para estudiar a tiempo completo cuando los exámenes se acercaban. La parte del estudio fue bien (a pesar de que los resultados no fueron los esperados), pero llegó un momento en el que me di cuenta de que no estaba descansando lo suficiente. Fue un día después de "cantar" en clase. Cuando volvía a casa me vi reflejada en un escaparate que tenía unos espejos y me vi con la cara demacrada. Bueno, quizás no demacrada, pero si que no tenía buen aspecto, iba vestida de cualquier manera y no me había puesto ni una pizca de maquillaje. Un cuadro, vamos.
Me di cuenta de que no podía seguir así o el día del examen iba a tener una pinta aun peor y el tribunal valoraba uno por uno los exámenes con el examinado delante, así que tenía que empezar a espabilar si quería solucionarlo. Cerca de allí había una tienda de productos de belleza y peluquería. Nunca había entrado, pero esa vez lo hice. Miré un poco en la zona de maquillaje y, de repente, me fijé en los extraños precios de un expositor de una marca que no conocía: Essence. Tenían que estar mal. Nada costaba más de 4 euros, y la mayoría bastante menos. Eso no era un "Cadena 100" o "Todo a 1 euro", y sin embargo eran escandalosamente baratos. Pero eran esos precios y, después de hablar con la vendedora y de que me convenciera de su calidad, no pude evitar comprar unas sombras de ojos y un corrector líquido para probarlos. Como podéis apreciar en la imagen, he vuelto más veces (y no está todo lo que tengo).

Nunca he sido amiga de maquillarme demasiado. Empecé tarde, cometí errores (como todas) y aprendí poco a poco a maquillarme correcta y discretamente para ir al trabajo y un poco más atrevida para la noche. Tengo lo básico y soy una maniática de los olores, así que suelo tener que gastarme bastante en lo poco que uso. O más bien tenía, porque ahora, gracias a Essence, he vuelto a empezar a experimentar con el maquillaje, los colores y las texturas, y todo ello a un precio mínimo. Algunas pruebas han salido mal, claro, pero otras han salido muy bien. Es como un juego que me anima y me hace sentir guapa hasta los días que estoy agotada y algo baja de moral, algo realmente muy importante cuando estás opositando a tiempo completo, pero también en cualquier otro momento de nuestra vida. Y al final, cuando nos arreglamos, ¿no se trata de eso?

¿Conocíais Essence? ¿Os maquilláis habitualmente o solo en determinadas ocasiones?
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